6 de febrero de 2008

El viento que viene del río

Estoy tendiendo y escucho cómo desde el río llegan las notas de las cornetas, el eco de los tambores. Y cierro los ojos. Y pienso.

Pienso en mi niñez, no excesivamente lejana, pero lejana. Pienso en las cuaresmas vividas, en las esperas soñadas. Hace viento…ya está la mente en las isobaras y las isobaras en el estomago. Era mucho más bonito cuando no existían los pronósticos, ¿verdad? Ahora es todo demasiado artificial. Todo está mecanizado, informatizado.

¡Vaya!, “Cristo del Amor”, qué simple y qué “aliviaita”. Sí, ésta la tocan para hacer embocadura, pero hay que ver cómo perdura lo bueno y hay que ver la alegría que le da a más de uno cuando la pican en la calle Hernando Colón…

Sigo tendiendo y continúan entrando en mi pensamiento las notas y el eco. Mi mente sigue su viaje de placer por el océano de mi vida. Ahora estoy subido en la “mesacamilla” y mi madre pincha alfileres en el morado de mi capa, mientras yo giro y ella me dice que no mire hacia abajo. El Miércoles de Ceniza era la frontera de los días grandes, y mi madre no quería dejar las cosas para última hora. El Miércoles que avisa de El Miércoles.

Me queda poca ropa ya, la justa para ver la papeleta de sitio pisada con el portarretratos de mi Cristo, el papel que certifica el pasaporte al Año Nuevo. Consumado todo, la papeleta dormirá en el sobre que va creciendo con el paso de la vida.

Ya he terminado de tender, pero el viento continúa trayendo el sonido de la espera.

28 comentarios:

orfila dijo...

Hoy no hay foto. Me gustaría que la pusierán ustedes con sus palabras.

Esto comienza ya.

J. Iván Martín dijo...

Simplemente...precioso, amigo orfila. Me ha encantado el texto... Hoy ya es el miercoles que nos anuncia que dentro de nada llegará el dia de San José...

Un abrazo de un amigo de San Bernardo... y a esperar que ya nos queda muy
poco

PD: deberias quitar la verificacion de la palabra así facilitarias la publicacion de comentarios

Anónimo dijo...

Mi opinión la conoces. Sabes que cuanto más lo leo más me gusta y más me emociona.

Es fantástico ese momento, sobre todo si es casi anochecido, con la luz del ocaso, sentir la brisa acompañada de esas notas que funcionan como máquina del tiempo y que tan bien describes.

Sabes cómo me emociona recordar las cosas que hacían nuestras madres cuando éramos pequeños, y lo orgullosa que estoy de que seas feliz "Trans amnem" y te inspire todos estos pensamientos.

Con lo que renegabas... y las cosas que te hace sentir desde que "te traje" pa'cá...

Pues sí, queda muy poquito y tengo muchas ganas de que llegue... este año más que nunca.

P.D. Ya decía yo: "hay que ver lo bien que se queda la ropa cuando la tiende él" (que es siempre, claro).

Fdo. Puente de Barcas.

aiNOha dijo...

Qué maravilla querido Orfila, precioso, me ha encantado!!!

Cuántos hemos contado los días para éste Miércoles...

Precisamente voy esta tarde a Triana a que me hagan un último arreglillo en la túnica y de paso iré a misa, que tengo que habla con mi virgen sobre la promesa que le hice (jeje)

Ya estamos en la cuenta atrás definitiva, no quea ná...que ganas tengo!!

Besitos!

Anónimo dijo...

Oir el sonido de la Cuaresma en mi ciudad, asistir a su Quinario, participar el sábado en el traslado despues de tantos años...

Bienvenidos tus recuerdos que traen los nuestros.

Un saludo.

el aguaó dijo...

Amigo Orfila, poco más podemos decir...

Presiento desde hace unos días que la cosa cambia. Ya dije en tu blog, en la entrada anterior, que había visto el primer palio este año. La calidez de las tardes se hace notar cuando crece la sobremesa. Y es entonces cuando cambia el olor de nuestra ciudad...

Hoy comienza todo. Ceniza para la Pasión. Las palmas y el olivo cada vez están más cerca.

Un abrazo.

Enrique Henares dijo...

Hoy comienza ese tiempo en el que cuesta pensar en algo más que en lo que viene, en el que cualquier obligación ajena a ello se vuelve mucho más complicada que el resto del año, en que las tardes se alargan y día tras día ganan en belleza...
Ni isobaras, ni costaleras, ni ceses, ni polémicas de ningún tipo. Esas son las Cuaresmas hermosas, las de las noches de radio, la del frío de los ensayos, la de los viacrucis, las buenas tertulias entre amigos ilusionados con lo que se presiente...

orfila dijo...

Ay, cómo se sueltan ustedes en cuanto escuchan la música que nos trae el viento...

Agradecimiento especial al Triduo correlativo de entradas femeninas...(Puente de Barcas: ya sabes que el tema de la azotea, es mi fuerte...)

S. Bernardo, ya lo he quitado. Gracias por tu visita.

Aguaó, el olivo lo tengo "to el año" en lo alto...

Pregonero, ese debe ser el sentido de estos días. Que los árboles no nos impidan nunca ver el bosque.

M. Andréu dijo...

Juan Miguel Vega en el Pregón del Costalero de San Esteban del año 2005, dijo algo de un poeta, una frase que venía a decir algo así como que "quiero que llegues, pero más me gusta oirte llegar".
No recuerdo de quien era (perdón por mi ignorancia) pero cada año me acuerdo de esa frase tal día como hoy.

Yo quiero comenzar a disfrutar ya del "oirla llegar", por muchos "ruidos" que existan a mi alrededor.

Saludos

Adri y Jose dijo...

Cómo me has hecho recordar mi infancia, Orfila! Lo de estar en la mesilla de noche y tú madre con las agujas, creo que lo hemos vivido todos los niños que hemos sido nazareno: cada año, a medida que crecíamos, nuestras madres tenían que sacarnos el dobladillo de la túnica y de la capa. La mía es al revés que la tuya, Orfila.

Una de las cosas que jamás olvidaré era el día que íbamos los niños del barrio acompañados por el padre de uno a sacarnos la papeleta de sitio. Nos montábamos en un SEAT 127 como 9 chiquillos e íbamos al barrio de nuestra Cofradía, que ya no existe aunque se llame igual. Cruzábamos la primera puerta, el primer patio y ya estaba la primera cola para pagar las cuotas atrasadas. Una vez puesto al día, te daban número para sacarte la papeleta de sitio y a esperar en el segundo patio, que era a cielo abierto al costado de la Iglesia, con dos limoneros y una Cruz en medio. Allí, el corazón se me disparaba porque nunca sabía que elegir; si Cristo o Virgen y además, la pregunta me intimidaba. Mientras llegaba el turno de los 9 niños, me recreaba mirando el cielo... era otro azul, otro tono, los días se hacían ya más largo aunque no entendiese nada de eso.
Y llegaba mi turno... Entraba temblando en una sala con terciopelos rojos, muchos dorados, y llena de fotos. Al fondo, en una especie de tarima presidida por la foto de la Virgen, unos señores con bigote, muy serios, y sin mirarme a la cara, me decían: "¡a ver niño, acércate!". Y la pregunta en voz alta: "velita en ¿Cristo o Virgen?". Aterrado, volvía la cabeza a mis amigos con cara de decir: ¿donde? Y algunos: "en Cristoooooo!!" y los otros: "en Viiiiiiiiiirgen!". Al final decía lo que mi mejor amigo quería. Con una antiquísima máquina de escribir, el más viejo de todos, decía en voz alta (gritaba) lo que escribía: ¡Jose Manuel.... velita en Paso Palio!
Cuando volvíamos al barrio los 9 en el SEAT 127, llevaba en mi mano bien dobladita la papeleta de sitio, cargado de ilusión para enseñársela a mi madre.

Cómo ha cambiado la Semana Santa, eh?

PD. Orfila, un millón de gracias por las palabras que has dejado en mi blog.
Un fuerte abrazo

J. Iván Martín dijo...

Señor Gazpacho con arepa,¿usted por casualidad no sera de la hermandad de San Bernardo?... me lo ha recordado lo de que su tunica es al contrario que la del amigo Orfila ...

un saludo.

Reyes dijo...

Hermosas palabras.
Este año no son las vísperas que acostumbro, pero aún así, presiento que ya está entre nosotros.
Donde yo vivo también se cuelan sonidos de cornetas y tambores y
como también suelo tender de noche, una de esas, dejé la ropa, los alfileres y me puse a soñar con el Domingo de Ramos mientras "Cristo de la Sangre" se colaba por mis oidos directamente al corazón.
Llamé a mi marido, esa sensación tenía que vivirla con él, era demasiado hermosa.
Eso, querido amigo, es Semana Santa.

Reyes dijo...

Se me olvidaba:
M. Andréu:
"Es tan dulce esperarte y soñar tu llegada, que no quiero que llegues, quiero oirte llegar"
Francisco Morales Padrón, "La Sevilla insólita"

La tengo como una de mis frases, escrita en la primera página de ese cuaderno que va conmigo a todas partes.

Híspalis dijo...

Maravilloso texto que a todos nos hace recordar. Recordar a nuestras madres con el alfiler entre los labios, recodar papeletas de sitios mal guardadas... bellos recuerdos que nos hacen mayores pero que al mismo tiempo nos llenan de vida.

Por cierto, Reyes, gracias por tu aportación, lo pelos de punta me has puesto "Es tan dulce esperarte y soñar tu llegada, que no quiero que llegues, quiero oirte llegar"
Francisco Morales Padrón, "La Sevilla insólita"....buffff... pa nota...

orfila dijo...

Miguel, qué verdad más grande:"oirla llegar"...

Gazpacho, precioso y muy real tu relato. Respecto a tu agradecimiento, ya te he comentado alguna vez lo que me satisface poder salvar un oceano sólo con las palabras. Y vaya, hay gente de San Bernardo por todo el globo terraqueo.

Querida Dama, la actividad de tender da para mucho. Si mal no recuerdo te leí algo al respecto.

Gracias Hispalis, eres siempre bien recibido en la calle Orfila.

Un abrazo a todos.

el aguaó dijo...

Mi madre también me hizo la túnica de nazareno. La mía fue copiada de la de mi abuelo (q.e.P.d.), que salió muchos años de penitente.

Tengo mi propio escudo, pero mi abuela guarda el original que portaba mi abuelo, y es muy curioso observar cómo ha cambiado con el paso del tiempo.

Un fuerte abrazo.

Adri y Jose dijo...

"entre San Bernardo y la Oliva", ya sabes de cual soy; te lo ha dicho Orfila.
Un abrazo

Carlos RM dijo...

Precioso texto, Orfila. Llega con el viento hasta aquí, un poco lejos... Y preciosa la frase apuntada por Andreu, precisada por Dama y escrita por otro isleño, como yo, que ama Sevilla.

orfila dijo...

Gracias Carlos por tu visita a esta casa.

Aguaó, hace 14 años que no uso mi túnica. Antes de salir de casa me gusta tocarla, y olerla. Porque mi túnica huele a mi túnica.

el aguaó dijo...

El olor es indescriptible. Cuando saco la mía, que está guardada con el cinturón de esparto, tiene un olor a penitencia. No se puede describir.

Como bien dices: huele a mi túnica.

M. Andréu dijo...

Y yo que creía que era el único loco al que su túnica, al sacarla cada año, le olía de una forma distinta a todo.
Nunca lo quise decir pensando que era una "locura".
Me alegro que existan más locos como yo.

Híspalis dijo...

Mi túnica tb me huele de forma especial. Quizás a canela y clavo... pero me huele de forma especial... otro loco que siente su locura...

Híspalis dijo...

Pásate por mi blog para recoger un pequeño detalle. Gracias y un abrazo.

J. Iván Martín dijo...

Amigo orfila, pasate por mi blog que tienes que recoger una cosa.Un saludo.

el aguaó dijo...

¡¡Qué locura más sana queridos amigos!!

Diego Romero dijo...

Por fin llegaste otra vez
a calentar los sentidos
y vestir la desnudez.

Tiempo de espera pausada,
vísperas de lo soñado,
días de crepúsculos largos
para olvidar el letargo
del invierno marchitado.

Dulzor de los paladares
y aromas enmascarados
de torrijas celestiales
y naranjos embrujados.

Por fin llegaste otra vez
a calentar los sentidos
y vestir la desnudez.

Tiempo de culto divino
y de jura centenaria,
jornadas del Nazareno:
En Altar Mayor el Credo
... y de rodillas, Triana.

Tardes de ilusión escrita
en papeletas doradas
salvoconductos cofrades
para otra tarde soñada.

Por fin llegaste otra vez
a calentar los sentidos
y vestir la desnudez.

Tiempo efímero y espeso
lento y rápido a la vez
pasas poco a poco, intenso
y pensando en el comienzo
sin darnos cuenta se fue.

Vísperas de sol eterno
vísperas de gloria andante
vísperas de luz de un pueblo
vísperas de Cruz y Salve.

FELIZ CUARESMA A TODOS.

bogar dijo...

Papeleta de sitio,pasaporte al Año Nuevo.Bomito,pero bonito.Saludos

orfila dijo...

Mil gracias a todos por vuestros comentarios de este fin de semana. Así da gusto comenzar la semana laboral...

Lacava, la poesía...de azulejo en la calle Castilla.

De nuevo, gracias, queridos locos.