31 de octubre de 2008

Puente de Barcas

Hoy; bueno mejor dicho, mañana, es una de esas fechas que se suelen recordar. Días que se quedan grabados, porque suponen un antes y un después. Días que no son ni más ni menos importantes que otros, pero que tienen algo. Más que algo, mucho.

Esta noche, el Puente de Barcas por el que pasa mi vida y yo, esperaremos juntos a que nazca un nuevo año en nuestro calendario privado. En ese almanaque en el que anotamos las sonrisas, los sustos y las preocupaciones, las miradas y las caricias. Ese almanaque en el que hay días en los que no nos da tiempo a anotar nada, y otros en los que no queremos escribir.

Esta noche Puente de Barcas y yo haremos algo especial; algo que hacemos todos los días. Echaremos nuestras mentes a soñar, para que nuestros sueños se despierten juntos, igual que nuestros cuerpos. Cuerpo y alma.

Mañana seguiremos caminando juntos.

Cuando Sevilla, nuestro cuerpo y nuestra alma despierten al unísono en nuestro nuevo año, si te apetece puedo bajar a comprar calentitos: 2 de “rueda” y 1 de “papa”. Ya sabes que a mí me gustan los de la Macarena y los de la Alfalfa; pero si acaso, me llego mejor a la calle Leiria, que tampoco están malos y tardo menos.

En fin, que estoy con el meloso subido. Y quiero que sepan ustedes, que soy feliz. Que me considero afortunado y que creo que tengo que darle gracias a Dios por ponerme enfilado hacia ese Puente.

Todo esto entre ustedes y yo. No le digan nada a ella, que me da vergüenza.

Básicamente era esto lo que me apetecía compartir con vosotros. Mi felicidad.

29 de octubre de 2008

La solución definitiva

Ya está, la solución a todos mis problemas. Os dejo el enlace en el que el “abesé” nos da el detalle del invento.

Voy a darme una "güertesita" por la calle Feria, a ver si han abierto ya Vizcaíno.

Y sin moverme del polígono la Isla, “con toas sus castas”.

http://www.abcdesevilla.es/hemeroteca/historico-28-10-2008/sevilla/Sevilla/google-te-enseña-tu-calle-en-tres-dimensiones-gracias-al-servicio-street-view_91870878130.html

15 de octubre de 2008

Teorías del Deporte Sacro

Tengo un amigo que tiene lo que se suele decir, tela de guasa. Es la típica persona de sentencias, teorías y axiomas, que te dejan con la sonrisa en la boca. Sí, esa sonrisa a la que acompaña la mente diciendo: “además de verdad”

Mi amigo, el guasa, tiene entre sus teorías más famosas la del “Léxico costalero”. Eso es. En ella, mantiene que una reunión de costaleros es perfectamente capaz de mantener una conversación de horas empleando únicamente 12 palabras. Como los varales de un palio. Ni más ni menos. La combinación de las mismas con algunas preposiciones, adverbios y verbos (copulativos, con perdón) es suficiente para prolongar sin fin cualquier coloquio. A saber, apunten: palo, chicotá, revirá, kilos, saco (como sustantivo y como verbo), destrozo (al), costal, zanco, izquierdo, caída (de la calle), jabón y bocadillo.

Lo que yo os diga, guasa “pa alicatar un cuartobaño”. Ahí no queda la cosa. Mantiene y defiende a ultranza la teoría de la “Multiplicación de los zancos y las patas”. Los visitantes de esta calle, en su mayoría ya sabrán a lo que me refiero. Nada más hace falta irse cualquier día de cuaresma o precuaresma a algún bar-tertulia de los que tanto abundan. Mientras se entrega uno al trago, pone la oreja y nada más que hay pateros. Ni fijadores ni nada, y de corrientes ni hablamos.

Si es que hay cosas, que te dejan estupefacto. La Semana Santa pasada estábamos viendo venir de lejos un palio. Mi amigo y yo. Teníamos al lado una reunión de 5 ó 6 pipiolos cofrades. Ojú. El cabecilla, que por supuesto era patero, ponía comentarios al “momento cofrade”. No estaba la cosa muy desesperada hasta que sentenció:
- El corriente de la cuarta va “hundío”.

Toma ya. Como ustedes hilan muy fino, al parecer tenía estudios universitarios y por eso empleó palabras no incluidas en las 12 de marras. En fin, que no sé yo si esto no está llegando a unos límites que, no sé, no sé…

[Sirvan estas letrillas como un ejercicio de reflexión y de autocrítica (por la parte que nos toca). Ejercicio hecho desde el cariño y el respeto. El guasa y yo comenzamos juntos en el deporte sacro. Él vio que no era lo suyo y duró dos o tres años. No llegó a ser patero. Yo tampoco lo he conseguido de momento. ¿Cuentan las patas centrales?]

2 de octubre de 2008

"La Puertosario"


Es curioso; la forma en la que pertenecemos a las cosas, a los sitios. No solamente pertenecemos a nuestros padres, a nuestras parejas y a nuestros amigos. También somos de los lugares. Un poner: yo soy de la Puertosario. Sí señor, primicia informativa: Orfila es de la Puertosario. No, no es que haya huido de la plaga del champiñón por el “rialto abajo”. Hasta hace algo más de dos años, un servidor de ustedes vivía muy cerquita de El Punto (R.I.P)

Tras este introito guasón, voy a lo que iba. Al sentimiento de apego que se va agrandando con el paso de los años. Mis padres siguen allí, al contrario que El Punto. Cuando voy a verlos, cuando me bajo del coche y mis pies tocan el suelo es como si volviese tras un destierro de años y años. Miro las casas, algunas abandonadas, las mismas casas que vieron como mi cuerpo y mi alma crecían. La Puertosario es un barrio raro, tan raro que ni tan siquiera es un barrio. Todo el mundo habla de ella: los autobuses, los costaleros, los de las vespas… Últimamente se ha convertido en la meca del empeño, en el “valle de piedad” de los asfixiados por la crisis, o como quieran llamar a eso que hace a las personas agolparse a las puertas de cuchitriles que gritan “Compro oro” o hacer cola en los “cash converters”.

La dejaron sin El Colmo, sin el Estanco, sin la frutería…lo peor fue lo de El Punto. Pero mi corazón sigue ablandándose cuando vuelvo allí. Es el viaje al pasado que hacemos instintivamente, no es un viaje de placer, más bien es un viaje a la realidad. A la realidad de un tiempo que pasa, que pasa por nosotros y por los lugares a los que pertenecemos.

Así que sirvan estas letrillas como tributo agradecido a mi cuna. Ya lo sé, no he sido yo miembro activo de esa collación. Ya sé que mi vida se ha balanceado desde La Encarnación hasta la Macarena, Feria arriba y Feria abajo. Pero hasta hace poco más de dos años, mis sueños se perfumaban con aguardiente de El Punto. Y ese olor permanece, es fuerte como el recuerdo.

Llegará el día en que únicamente vuelva a mi cuna el Jueves Santo a ver a la Reina de los Ángeles. Sí, justo entre Año Nuevo y la Esperanza. Dios quiera que eso tarde mucho.