11 de febrero de 2008

La sopa y las tazas


El refranero español, que es extenso además de cierto, dice: “Si no quieres sopa, toma dos tazas”. Bueno en realidad, creo que el oficial habla de platos y no de tazas. Pero a mí siempre me ha gustado tomarme el caldito en una taza, sorbido en lugar de “cuchareado”.

Ni voy a hablar de vajillas, ni de consomé. Voy a exponer aquí una condena que cumplo desde que comencé mi andadura laboral: trabajar en un polígono industrial.

Cada mañana cuando salgo de casa tengo que ir en dirección opuesta a la que quisiera. He nacido, me he criado y he estudiado entre calles estrechas, sembradas de adoquines y escuchando un MP3 de repiques de campanas; entre requiebros de forja y azulejos, junto a geranios que miran por los balcones y pilistras que curiosean desde el interior fresco y silencioso de los patios.

Pero ahora si levanto la vista de la pantalla, aparto el oído del teléfono, y me asomo a la ventana…y además, el reloj de la vida da “las Cuaresma y pico”, pues me entra un desconsuelo…

Ya se sabe, que el trabajo no está como para quejarse. Pero, qué envidia más grande (totalmente insana), de todo aquel que trabaje donde trabaje, al menos tiene la opción de ponerse 10 minutitos a la sombra de la Giralda. ¿Eso?, eso tiene que alargar la vida. Seguro. Vamos, tan seguro como que cualquier día me lío la manta a la cabeza, y me voy a la calle Sierpes. Yo qué sé, a cantar mismo…

Contadme vuestra condena, o ponedme los dientes largos.

26 comentarios:

orfila dijo...

Obsérvese la asombrosa similitud entre la foto de esta apesadumbrada entrada y la que está justo a la derecha.

Adri y Jose dijo...

Pues mira Orfila, tal y como dices, el trabajo no está como para quejarse.
Dientes largos: Trabajé 1 año en el Alcázar, pasaba todos los días 4veces "por la sombra de la Giralda" además de Alemanes, Francos, Salvador, Cuna, Orfila, Lasso de la Vega y San Miguel. Y sin embargo, (Mi Condena) el trabajo en sí no lo recuerdo como algo feliz (cuando podía haber sido maravilloso). En mis últimos 3años para ir al trabajo (otra condena), tengo que cruzar avenidas, sortear buseteros asesinos, taxistas medio locos, anarquía total, contaminación acústica, visual y de gases tóxicos y por supuesto, tener que coger el coche. (Dientes largos ahora), he sido infinitamente más feliz que en el Alcazar.
PD. Como lo bueno se acaba, parece que después de 4 años fuera, vuelvo a Sevilla..... y estoy acojonado de empezar de nuevo de cero

M. Andréu dijo...

Por delante digo también que el trabajo no está para quejarse. Ojalá mi jefe no lea esto, porque sino soy hombre muerto.
Pero muerto o no, ahí va:

Lo peor de mi trabajo es el horario: salgo cada día a las 8 en punto de la tarde: de lunes a viernes, de 9 a 2 y de 5 a 8. Inexcusable.

Y si digo que aquí no hay "excusas", es cuando me refiero a la Semana Santa o a la Feria de Abril. El Martes Santo, por ejemplo, me cuesta un día de mis vacaciones. No me importa, que conste.

El Lunes y el Miércoles Santo os podéis imaginar como estoy desde que entro por la tarde a las 5 hasta que dan las 8: sabiendo que la gran mayoría de sevillanos está vendo cofradías y yo no... Después me recupero, como no.

Pero ¿qué le vamos a hacer? Seguro que hay personas peor que yo.

Mejor no me quejo.

Reyes dijo...

Yo tengo un buen trabajo por cómodo y creativo, pero mal pagado porque disfruto de media jornada, es bueno porque hago lo que me gusta, dibujar, sólo por eso. Tengo una mesa de dibujo frente a un ventanal que da a un edificio de Aníbal González, por donde se ve una luz increible, que cuando mi jefa se pone "graciosa" dan ganas de tirar el lápiz y salir corriendo a darse un paseo por ese cielo azul y esa luminosidad tan nuestra.
Y la Semana Santa, sagrada. Me pierdo una semana de mis vacaciones, habiendo tres días laborables, pero...
Ahora, que "disfruto" de una excedencia, reconozco que echo de menos la vista que me acompaña desde hace tanto tiempo, será la costumbre.

el aguaó dijo...

Amigo Orfila, ahora mismo soy una pequeña embarcación a la deriva de un mar en tempestad. El oleaje te puede hacer zozobrar o puede llevarte a buen puerto. Quizás lo peor de esto es, que cuando la furia de las aguas no se hace patente, la calma pesa tanto como las cadenas que rodean a nuestra Santa Iglesia Catedral.

¿Oposiciones? quizás sean la solución, aunque me gustaría otra cosa...

Un fuerte abrazo.

Diego Romero dijo...

Yo en Semana Santa no trabajo ni de sillero.

orfila dijo...

Amigo Gazpacho, vaya itinerario...en cuanto a que lo bueno se acaba, hombre vamos a pensar en positivo, ¿no?

Miguel, yo desde que estoy trabajando siempre he cogido vacaciones en Semana Santa. Antes perdía días, ahora cojo laborables. Por la parte que me toca, el Miércoles sales a buena hora...vamos, que sales con tiempo...

Amiga Dama, pues supongo que te servirá de inspiración la obra de D. Anibal. A mí me encanta dibujar, y tengo maneras. Pero paciencia, ninguna...

Aguaó, por lo que se deduce de tu blog, tu embarcación tiene que llegar a buen puerto. Seguro.

Un abrazo a todos.

orfila dijo...

Ay Lacava, esas sillas de Quidiello...

Adri y Jose dijo...

Pues si Orfila, tienes razón: debo ser positivo pero no es fácil desprenderse de tantos buenos amigos como los que he hecho aquí. Después de 4 años volver a Sevilla y casi empezar de cero (búsqueda de trabajo incluído) da vértigo.

PD: Daba por hecho que te tenía en mi blog y no es así. Arreglado queda.
Un abrazo

el aguaó dijo...

Pues yo me alegro de tu vuelta querido Gazpacho.

Sevilla recupera un plato más de delicioso Gazpacho y adquiere uno de importación, como es la Arepa.

Anónimo dijo...

Yo qué te voy a contar que no sepas. Condena... la de casi todos, horario fijo mañana y tarde, pero no me quejo. Sabes que trato de ver las cosas siempre en positivo, lo contrario no sirve de nada.

En cuanto a los dientes largos... creo q a nuestra amiga Dama sí se los pondría, si salgo a la puerta de mi oficina y miro hacia la izq., a escasos pasos tengo el Estadio Manuel Ruiz de Lopera.

Bueno, está claro que no es el centro, pero Heliópolis tampoco está mal, tranquilo y bien comunicado.

Gazpacho, ánimo, como se está aquí no se está en ningún sitio. Eso, creo, está por encima de "cualquier cosa". Siempre es doloroso dejar cosas buenas atrás, pero hay que mirar hacia delante e ir en busca de otras.

Semana Santa... vacaciones (3 laborables), si puedo claro.

Fdo. Puente de Barcas.

Híspalis dijo...

Pues en mi caso no me puedo quejar mucho, la verdad. Vivo en el centro y trabajo también en él. Camino por la mañana en dirección al trabajo justo cuando las farolas de nuestra ciudad deciden no seguir alumbrando ante el amanecer. Veo en la misma calle cómo se apagan una a una, concretamente en Peñuelas, casi en Puerta Osario. Luego vuelvo a comer al medio día y posteriormente regreso al trabajo para echar la tarde. Así, de momento, de lunes a viernes. Los fines de semana también trabajo, pero esta vez en casa y con aspectos diferentes a mi trabajo del día a día. Y sin jefes, algo importante, por cierto.

En Semana Santa no tengo tanta suerte como quisiera. Como el amigo Andréu, trabajo hasta el Miércoles Santo sin contemplación. Al igual que la Feria. Mi trabajo tiene la peculiaridad de tener que estar ahí durante esos días grandes.

Un abrazo. Curiosa e interesante entrada.

Anónimo dijo...

Cuanta razón llevas en la similitud de ambas fotos.

bogar dijo...

Gracias por el varal,pero estoy en el orfebre.Saludos

aiNOha dijo...

A mi quienes me han puesto los dientes largos han sido Híspalis y la Dama.
Yo no veo el centro ni por asomo, por no ver no veo ni el de Barcelona que es donde trabajo.
Y la Dama, dibujando, que ya me gustaría trabajar en algo relacionado con el dibujo, lo fue durante un tiempo pero no salió muy bien...

Así que imagínate, entre Bcn, Madrid, París y Londres. Y se que tampoco me puedo quejar, porque mientras estoy en Sevilla tengo tiempo libre para mi casa, el gimnasio...

Un beso ^^

Adri y Jose dijo...

Bueno Bogar, por lo menos ya estás en el orfebre. Orfila se llevó allí algún tiempo y mira lo que nos ha salido... ni Cayetano González!
Puente de Barcas, lo malo es que si vuelvo tendré que cambiarle el nombre al blog. Igual le llamo “papas con choco”

Carlos RM dijo...

Yo, amigo Orfila, no sé si es más importante lo que uno ve por la ventana que lo que uno desea ver por la ventana. Y tú de eso andas perfectamente.

orfila dijo...

Aguaó, muy sutil: importación-exportación.

Puente de Barcas: Heliópolis es un pequeño oasis en el extrarradio. Estoy contigo en tu comentario a Gazpacho.

Mil gracias Hispalis, he vivido hasta hace muy poco y desde que nací en la "puertosario", Las Peñuelas...

Glauca, qué observadora...Muchas gracias por tu visita.

Bogar, pues estamos "apañaos" porque los del cincel y el tas, son los más informales del globo. Venga hombre, anímate.

Ainoha, a mí me da una pereza viajar...el lunes y el martes voy a Madrid y me quedo con la mosca detrás de la oreja. A ver si cuando vuelva, han desmontado Sevilla...

Gazpacho, lo de Cayetano y las papas con choco... ¡vente ya pa'cá!
(y gracias).

Carlos, gracias por tu visita y por tu comentario. Cierto, es importante lo que se ve, pero lo es más cómo se ve y de qué forma se aprecia.

A todos: ¡Gracias!

Anónimo dijo...

jajajaja ...o "pavía de bacalao".

Fdo. Puente de Barcas.

orfila dijo...

Esos pavías de la calle Leiria...o de El Rinconcillo, claro.

Enrique Henares dijo...

Yo me reparto entre los tiempos de biblioteca (del Rectorado; de Relaciones Laborales, en la calle Madre de Dios; o del antiguo Periodismo, en Gonzalo de Bilbao), donde en mis cada vez menos ratos libres busco las ganas de estudiar para acabar con las cinco que me quedan; el ordenador de mi casa, desde donde trabajo para el periódico y la propia redacción del mismo, en el Pasaje Los Alcores, de la calle San José, junto a la iglesia del Opus. Por tanto tampoco puedo quejarme de marcos agradables.
Esta Cuaresma ando bien liado, encargándome de la coordinación del especial de Semana Santa de Casco Antiguo, pero ojalá todos los líos fuesen tan de mis gustos. En Semana Santa, a Dios gracias, de momento, no leo ni el periódico.

orfila dijo...

Yo estudié Graduado Social, así que esa biblioteca de madera..."me suena" algo. Estudiar allí era tocar con los dedos las azucenas de la Giralda.

Un abrazo, Pregonero.

La gata Roma dijo...

Yo ando casi peor que tú. Desde que nací he vivido en un barrio de la periferia. Lo que pasa es que no me daba cuenta, pasaba gran parte de mi tiempo en la Puerta Carmona, de dónde eran mis padres, iba al colegio en la calle Dueñas, luego cambié a la calle Socorro. Sigo pasando mi ocio en el centro, pero estudio en otro lugar de la periferia aún más feo que mi barrio, y hecho de menos mis últimos cursos en el Velazquez... Si después de esto trabajase y me mudara al centro dejaría de pedirle cosas a la vida...
Un saludo

orfila dijo...

Bienvenida, Gata Roma. Pues yo también fui velazqueño. Del Luisa de Marillac me acuerdo, pero el de la calle Dueñas??

Enrique Henares dijo...

Lo malo de esa encantadora biblioteca de madera, querido orfila, es la cercanía de la tentación en forma de taberna (Fresquita y Alvaro Peregil).

orfila dijo...

Pregonero, no me digas nada, que me acuerdo que el año que estaba en segundo, un amigo y yo "triunfamos" en los primeros parciales. Toda la cuaresma libre...qué barbaridad, qué despliegue.