9 de febrero de 2009

Jamones (y paletillas)

Ando con la duda de a quién se las han robado; porque si ha sido a Rafalito Villa, la cosa tiene tela. La primera reflexión me lleva a dos posibilidades; bueno, una posibilidad y una certeza. Respecto a ésta, los cacos tienen paladar. En cuanto a aquélla, para mí el móvil del robo es el despecho deportivo. Quiero decir con esto, que el beticismo de Rafael queda lejos de toda duda, y claro…

Más allá de esta duda, que espero que algún corresponsal de la zona me aclare, recuerdo la espera con mis padres, observando el caer lánguido de las lonchas sobre la estraza. Respirando como si estuviésemos en Galaroza o en Encinasola. Paletillas (y jamones) de esos que están dando media verónica, de las de pezuñas rotas.

El “puesto del Villa”, es un diamante dentro de ese “mercao” que fue gloria, que ha sido y es resignación y humedad, y que mejor que no pensemos lo que será.

La Encarnación es algo especial para mí. Es la plaza macarena por excelencia, con la venia de la Feria. Mi abuelo tuvo 2 puestos de carne. Yo no lo conocí. Pero para mí sigue estando allí, aunque ahora quizás se vaya huyendo de las setas. La Encarnación es Jueves Santo de bando romano, y Viernes Santo de Gloria anunciada.

Así que lo del robo, pues no sé. Pero estoy deseando enterarme. Y la verdad es que aquí en el Polígono la Isla, no se comenta nada.

¿Han comprado ustedes alguna vez en el “puesto del Villa”? ¿Han degustado en Navidad los exquisitos polvorones que ofrece a la clientela, acompañados del correspondiente martillo envuelto en papel de plata? Rafael Villa, el arte que no precisa de contar chistes.