24 de enero de 2008

Cuando la camino

Es cuando más la siento mía. O cuando más me siento suyo. Hay veces en las que me veo como si fuese un grano de arena en el desierto de Sevilla. Y eso me hace sentir bien. Porque pienso que los pequeños detalles son los que forman el conjunto, y en este caso, es mi propia pasión por ese conjunto la que convierte mi insignificancia en algo grandioso.

Algunas veces pienso que mi sentimiento es excesivo, e incluso me planteo si es racional o no. La mujer con la que comparto mi vida, que además de eso, es mi vida, me dijo en cierta ocasión que únicamente podría tener celos de Sevilla. Ese día, me quedé pensativo y me dije: “Orfila” lo tuyo es de psiquiatra.

Pero no me canso de ser su pétalo de azahar, ni la cara erosionada de uno de los ladrillos de su Plaza de España, ni la tuerca más pequeña de los palcos. Tampoco me resulta poca cosa ser un pedrusco de albero en El Arenal, desecho por la pisada que cruje en media verónica que huele a romero. No me parece baladí sentirme igual que si fuese cualquier adoquín de la calle Azafrán, de esos de los grandes, que pasan siglos de la sombra al sol y del sol a la sombra, recordando con nostalgia el aroma de Cafés Moca.

Tampoco me parece algo irrelevante ser pisada en sus calles; por eso, porque cuando la camino, es cuando más la siento mía.

O cuando más me siento suyo.

- Doctor, ¿esto es normal? ¿Cree usted que estoy en mis cabales?
- Cariño, yo no te cambiaría ni por nadie, ni por nada.

14 comentarios:

el aguaó dijo...

Magnífico querido Orfila. Has conseguido expresar con palabras lo que muchos de nosotros sentímos. En una ocasión, mis amigos y yo hablábamos sobre las ciudades que nos han impresionado. Roma saltó en seguida, se habló de Londres, Peruggia, Florencia, Nápoles... pero yo dije: Sevilla. Y conste que también he estado en otras ciudades, bellas y encantadoras, pero yo estoy enamorado de Sevilla, y no puedo hacer nada por evitarlo, y mejor aún, NO QUIERO hacer nada por evitarlo.

Un fortísimo abrazo amigo.

P.D. Genial tu entrada.

Reyes dijo...

Sólo una persona que sienta la ciudad donde vive como tu la sientes es capaz de escribir algo como "La mujer con la que comparto mi vida, que además de eso, es mi vida" a su mujer.
Querido amigo, unas palabras maravillosas.
Conozco muchas ciudades, cada vez que vengo de vuelta a mi tierra en el avión, la conversación con mi marido es inevitable.
"Pero como Sevilla, ná" y es verdad, porque vivimos en la mejor ciudad del mundo sin duda alguna.

Híspalis dijo...

Impresionante texto. Los pelos de punta. Sin duda, lo que aquí nos reúne es el cariño enorme que le tenemos a Sevilla, entre otras muchas cosas.

Felicidades por la entrada.

Anónimo dijo...

Por alusiones, aquí estoy. Y sólo para decirte, una vez más, que me siento orgullosa de ti.

Sabes que también la quiero, aunque lo haga desde EL OTRO LADO DEL RÍO, siempre ha sido así, lo irracional sería lo contrario. Es imposible "caminarla" contigo y no quererla cada vez más, ...aunque a mi manera....

Es evidiable el modo en que das alas a tus sentimientos, y, sí, en ocasiones siento celos, no debería, verdad? Quizás tenga que acompañarte al psiquiatra.

- Cariño, bendita locura...

P.D. Dama, aprovecho la ocasión para desearte la más pronta recuperación de tu hijo, imagino tu sufrimiento, también soy madre.

A todos, un millón de gracias por formar parte de esta ilusión y llenarle ese rinconcito que, a veces, yo no sé.

Enrique Henares dijo...

En otros lugares se deben formar grupos de amigos con aficiones comunes; no tiene nada de original... Aquí existe una tipología de sevillanos que a lo largo de su vida se van conociendo y acercando fruto del amor a la ciudad que habitan, hay algo más hermoso??
Dicen que los hay que son capaces de mantener esa amistad y ese amor a sus cosas a través de un puñado de blogs...

Reyes dijo...

Sra. Orfila:
No piense que existe un solo hueco que usted no ocupe, ni rinconcito, lo que ocurre es que lo que nos rodea, si vamos tan bien acompañados por la vida, suele ser pura poesía.
Y gracias, mi niño mejora, al menos lo lleva bien de paciencia...
Esta reunión de "ciberenamorados hispalenses" es una de las mejores cosas que me ha pasado en mi vida.

orfila dijo...

Gracias a todos.

Y a ti, pues en fin, qué quieres que te diga...

Sabes cuánto me gusta que me leas y que te intereses.

Y sabes cuánto te quiero.

En fin, me voy al psiquiatra, a ver qué me dice.

M. Andréu dijo...

Bueno, bueno, Orfila, fuistes tardío pero cierto.

Y la guinda la ha puesto tu mujer.

Lo siento, pero después de esto, soy incapaz de hacer ningún comentario.

Saludos a todos, pandilla de locos...

Diego Romero dijo...

Sólo le pido un favor: ponga la dirección del psquiatra.

O pensándolo bien, mejor no la ponga... ¡pa qué!... bendita locura.

J. Iván Martín dijo...

Impresionante amigo Orfila, me has puesto los pelos de punta. Se nota que eres un enamorado de esta ciudad tan querida que se llama Sevilla.

Un saludo de un amigo de San Bernardo

orfila dijo...

Gracias Miguel, Lacava, San Bernardo por vuestros comentarios.

A ver si me dice alguien el nombre de la calle...con el nivel que hay, no creo que sea difícil.

el aguaó dijo...

Sois los dos grandes afortunados: tanto tú como la Sra. Orfila.

Os lo digo de todo corazón.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Cuando me lo comentó, le mostré mi total aprobación y le animé. Por supuesto, no es una sorpresa para mí lo que escribe, pero sí lo es todo lo demás, es decir, lo que puede dar de sí estos "encuentros".

Que arte hay aquí, "Diosmíodemiarma"!. Puede que no participe todo lo que quisiera, él sabe por qué, pero estaré ahí, seré fiel espectadora de todos.

En este pastel, hay más de una guinda.

Gracias!

Carlos RM dijo...

Sevilla es una maravillosa enfermedad. Además es contagiosa y no tiene cura. No vayas al médico...