Esto no ha sido la cuesta de Enero, me parece que va a ser la cuesta de 2008 (con su 29 de Febrero y todo).
Así que ya saben ustedes: cervecita con “altramuse” o “arvellana” en su defecto. Absténganse de visitar sagrarios en los que sea posible pedir tapas o raciones (con perdón). Ojo, que esto no es ningún problema y mucho menos una dificultad; que en la Ciudad de la Gracia por cientos se cuentan los establecimientos donde no huele a cocina. Quien evita la ocasión, evita el peligro. Y el aroma de las espinacas, el humo de la tortilla recién hecha, el chisporroteo del aceite al freír de las puntillitas y el preludio sonoro del cuchillo jamonero sobre la chaira; puede unirse con el vidrio en hechizo diabólico y brotar de nuestra inconsciencia la frase prohibida, acompañada del suicida levantamiento del brazo:
- Cuando usté pueda, pónganos algo de comé, ¿no?
Y después se van ustedes a la entidad que generosamente les ha otorgado su préstamo hipotecario, y se lo explican:
- Es que verá, estábamos con unos amigos que han venido para conocer la Semana Santa, y claro, con el ambiente, con ese sol tan espléndido, con esa alegría que se respira…pero no se preocupe usted, que para el próximo mes haremos mejor los cálculos y no habrá ningún problema.
El otro día me encontré con un amigo mío, y me dijo que en su hermandad, que es una hermandad más bien humilde, la Junta de Gobierno había enviado junto a las normas para el reparto de papeletas de sitio una solicitud para la financiación (sin intereses) de importe de la misma. Me quedé pensando, porque el elemento es un “guasa” de cuidado.
Y pensando sigo. ¿Esto de la crisis…es como lo pintan? Para colmo, el Miércoles Santo es mi día (siembro la duda de si es por paternidad o por llamarme Pepe, ya que para vuestras mercedes mi nombre es Orfila); y a lo que iba, me va a costar el dinero, porque ese día de por sí, que si la euforia, que si las visitas de cortesía. El que es de la Sed no tiene problema, con un cafelito queda como un señor, pero nosotros, que salimos cuando “el Hidalgo” se está poniendo la coraza…
¡Ay Dios mío!
Así que ya saben ustedes: cervecita con “altramuse” o “arvellana” en su defecto. Absténganse de visitar sagrarios en los que sea posible pedir tapas o raciones (con perdón). Ojo, que esto no es ningún problema y mucho menos una dificultad; que en la Ciudad de la Gracia por cientos se cuentan los establecimientos donde no huele a cocina. Quien evita la ocasión, evita el peligro. Y el aroma de las espinacas, el humo de la tortilla recién hecha, el chisporroteo del aceite al freír de las puntillitas y el preludio sonoro del cuchillo jamonero sobre la chaira; puede unirse con el vidrio en hechizo diabólico y brotar de nuestra inconsciencia la frase prohibida, acompañada del suicida levantamiento del brazo:
- Cuando usté pueda, pónganos algo de comé, ¿no?
Y después se van ustedes a la entidad que generosamente les ha otorgado su préstamo hipotecario, y se lo explican:
- Es que verá, estábamos con unos amigos que han venido para conocer la Semana Santa, y claro, con el ambiente, con ese sol tan espléndido, con esa alegría que se respira…pero no se preocupe usted, que para el próximo mes haremos mejor los cálculos y no habrá ningún problema.
El otro día me encontré con un amigo mío, y me dijo que en su hermandad, que es una hermandad más bien humilde, la Junta de Gobierno había enviado junto a las normas para el reparto de papeletas de sitio una solicitud para la financiación (sin intereses) de importe de la misma. Me quedé pensando, porque el elemento es un “guasa” de cuidado.
Y pensando sigo. ¿Esto de la crisis…es como lo pintan? Para colmo, el Miércoles Santo es mi día (siembro la duda de si es por paternidad o por llamarme Pepe, ya que para vuestras mercedes mi nombre es Orfila); y a lo que iba, me va a costar el dinero, porque ese día de por sí, que si la euforia, que si las visitas de cortesía. El que es de la Sed no tiene problema, con un cafelito queda como un señor, pero nosotros, que salimos cuando “el Hidalgo” se está poniendo la coraza…
¡Ay Dios mío!